domingo, 10 de agosto de 2014

Capitulo 18





-¿Que haces aquí? -Sonreí al verle-
-Me dijiste que estarías aquí y vine a verte -Levantó los hombros-
-Eres un caso. ¿Te apetece ir a tomar un café?
-Claro.

Salimos del local y Álvaro se colgó mi mochila en su hombro después de tanto insistirle que yo podía con ella. Llegamos a un Starbucks cercano y nos sentamos, pedimos lo que cada uno quería y nos quedamos callados. Era un silencio para nada incomodo, me agradaba estar con él.

-Esto... -Rompió el silencio- Sobre lo que pasó en tu cumpleaños... -Se calló-
-No debió ocurrir -Dije mientras bajaba mi mirada hacia el café-
-No, no debió pero... no puedo sacármelo de la cabeza -Suspiró-
-Yo tampoco. -Hubo silencio- Se lo has dicho a Raquel?
-No... y no se si debería.
-Ya... entiendo. -Silencio otra vez- Yo, en realidad... no iba a mencionarle nada a Alex, pero es que me siento mal, siento que le estoy engañando y... no puedo sacármelo de la cabeza.
-Creo que, somos dos. Que vamos a hacer B?
-No lo se -Suspiré- Pero, si ambos estamos dispuestos a olvidarlo, olvidemoslo. Hagamos como si nada haya pasado, te parece? -Él asintió-
-Me parece bien.
-Bien, entonces... Me llamo Blanca, pero todos me llaman B. -Estiré mi brazo-
-Encantado, Yo soy Álvaro, creo que ya lo sabes. -Sonrió y apretó mi mano-
-Creo que si lo sé, me suenas mucho. -Solté una carcajada-
-Me verás por todas partes.
-Quien sabe.

Ambos teníamos una sonrisa gigantesca. En cierto modo, me sentía aliviada en saber que ambos queríamos olvidarlo, pero por otro lado, no quería olvidarlo. Sus labios... sus labios eran tan... no se ni como expresarme, pero quería besarlos, besarlos hasta desgastalos.

Salí de mis pensamientos cuando dichosa melodía de mi móvil me interrumpió. Lo cogí sin mirar quien era.

-Hola?
-Hola amor. -Mierda-
-Hola Alex. -Miré a Álvaro- Como estas?
-Bien desde que escucho tu voz. -Pude notar que sonreía- Como es que no has venido al ensayo?
-Al ensayo? Oh. -Mierda y más mierda- Se me olvidó, fui a clases de ballet y tuve que quedarme a enseñar a las pequeñas, ya sabes.
-Entiendo. Estas en tu casa?
-No -Grité- Digo... -Carraspeé- No, no estoy en casa. -Miré a Álvaro y este sonreía- He ido a tomar algo en el Starbucks con.... Sandra.
-Te molesta si voy hacia allí? Estoy aburrido.
-Que? Eh, no, no... Si nosotras ya nos vamos Alex. -Rasqué mi nuca- Que tal si nos vemos mañana? Ya sabes, lo de cada Domingo.
-Claro, me parece genial. -Tosió- Entonces... em, nos vemos mañana. -Noté su voz, un tanto nerviosa-
-Si, si, claro. Hasta mañana.
-Te quiero.

Y sin decir nada más, colgué. Álvaro estaba descojonandose, mientras yo tenía un nudo en el cuello. No me gustaba mentir y mucho menos me gustaba mentir a Alex.

Solté un suspiro y le di una patada a Álvaro y este, paró de reír.

-Lo siento.
-Esto es estresante. No me gusta mentir Álvaro.
-Se supone, que no lo haces.
-“Estoy en el Starbucks con Sandra” -Repetí y le miré.- Claramente, tu no eres Sandra.
-Lo sé, que yo sepa, no tengo dos pares de tetas, todo lo contrario. -Carcajeó y rodé los ojos-
-No me van las tias, lo siento.
-Podrías intentarlo conmigo cariño -Puso voz de pito- Esto con unas cuantas operaciones se arregla. -Guiló el ojo-



*


Después de estar toda la tarde o lo que quedaba de ella riendo, Álvaro me acompañó a casa. Cuando iba a despedirse, insistió en que fuéramos a tomar algo esta noche, los dos juntos. Tampoco me hice de rogar, ya que en verdad, su petición me sonaba extremadamente tentadora e igual de peligrosa, pero que quedaba como simples amigos.

Llamé a Emma y a Mar para que me ayudasen a cambiarme. Ellas vendrían a casa.



*


-Tienes que ponerte este vestido -Suplicó Emma- Es extremadamente sexy y la situación lo requiere.
-Tu quieres que me violen por el camino? -Entrecerré los ojos-
-Te vas a ver bien con ese vestido B -Dijo Mar mientras conectaba la plancha del pelo al enchufe- Venga, va. Pruébatelo.
-Puaj, está bien, pesadas.

Agarré el vestido de las manos de Emma y me metí en el baño. No se como pude entrar en ese minúsculo vestido negro.

El vestido llegaba dos dedos por debajo de mi culo. Era te tirantes y dejaba media espalda al aire. Me puse unas medias de color carne. Sabía que ellas no me dejarían cambiar de vestido.

Cuando salí del baño, ambas se me quedaron mirando.

-Si en estos momentos fuera un tío, te acorralaba contra la pared y te hacía mía. -Soltó Emma mientras se mordía el labio inferior-
-No seas cerda. -Se quejo Mar- Estás preciosa.
-Como me siente mal, o haga una mala postura, se me ve todo el culo. -Hice una mueca-
-Vas a volver loca a mi hermanito -Saltó en mi cama-
-Enserio no te molesta que salga con él? -Volví a preguntar por enésima vez-
-Te he dicho que no. Sois lo suficientemente mayores para saber lo que esta bien y lo que está mal. A parte que es una salida como amigos, no?. -Se encogió de hombros y yo asentí- A parte, no tardaréis en besaros y apostaría que te dejarás llevar.
-¡Maaaaaar! -Grité escandalizada-
-Que? Es verdad... -Suspiró-
-Dejemos de hablar de ese tema por favor. -Dijo Emma- Tenemos que acabar de arreglarte y falta poco para que el galán venga a recoger a su princesa. Así que manos a la obra.




*


Después de estar peinada, maquillada y completamente lista, las tres bajamos al salón para esperar a Álvaro. Cada vez los nervios se iban apoderando de mi. Las manos me sudaban y el tic en mis piernas aparecía y desaparecía.

Una vez que el timbre sonó, me levanté lo más rápido que pude y acomodé mi vestido en su sitio. Fui corriendo (lo que los tacones me permitían) a abrir la puerta. Álvaro se encontraba allí. Demasiado guapo. Con sus pantalones ajustados negros, su camisa negra que tenía los dos primeros botones desabrochados, dejando ver el bello de su pecho y sus mangas bien dobladas hacia atrás. Su pelo ligeramente despeinado y su colonia que podría olerla a kilómetros de aquí.

-Vaya, estás.... estás preciosa. -Rascó su nuca-
-No puedo decir lo contrario de ti. Te ves perfecto. -Sonreí-
-Nos vamos?

Asentí con la cabeza y entré al interior de la casa. El dueto acordó que saldrían de casa cuando Álvaro y yo nos fuéramos.

Me agarré al brazo de Álvaro mientras que nos fuimos andando por las calles. Me sentía en una nube.

Caminamos y caminamos, hasta que llegamos al bar que más solía ir a visitar. Como cada sábado, estaba lleno. Sabía que probablemente no tendríamos que ir allí, pero no hacía nada malo. Nos acercamos a la barra y cada uno nos pedimos lo suyo. Nos sentamos en uno de las mesas mas apartadas del local.

La música estaba alta, la gente bailaba y bebía mientras que, nosotros eramos completamente ignorados y eso, en parte, lo agradecía.

-Cuando te vas? -Logré decir después de un largo rato-
-Mañana por la tarde -Hizo una mueca- Me encantaría poder quedarme unos días más.
-¿Y porqué no lo haces?
-Ya sabes. -Se encogió de hombros- Tengo que volver a Madrid. Acabamos de lanzar el segundo disco y empezamos rápido con las giras. Dentro de poco me tendrás aquí, ya verás. -Sonrió. Como adoraba esa maldita sonrisa-
-Se que vendrás. -Acaricié su mano- Por cierto, hablaste con Raquel? Olvidé preguntártelo esta tarde.
-Si, hablé con ella y las cosas están arregladas.
-Que le dijiste? -Le miré-
-Que la quería, que sería incapaz de engañarla -Me miró, por un momento me sentí culpable, ya que la había engañado conmigo- y que si, por alguna razón ella desconfiaba de mi, quería que me dijera lo que le pasara, para poder arreglarlo y no echar a la basura tres años de relación. -Suspiró-
-Y te dijo porque estaba celosa?
-Creo que fue por lo que tu dijiste. Se siente apartada, y piensa que quiero más a las fans que a ella. -Dio un trago de su baso- yo le dije que no tenía porque preocuparse, que ella siempre sería la única. No se como tuve el valor de decirle todo eso, porque mientras que le juraba que no le sería infiel y que la quería como el primer día, no paraba de pensar en lo que hicimos o casi hicimos en el hotel.
-Estuvo mal.
-Lo sé, pero no lo pudimos haber evitado.
-O tal vez si... si no hubiera ido junto al ascensor, si Alex no nos hubiera interrumpido, quizás eso no hubiera pasado y se hubiera quedado en un simple beso. No crees?
-No lo se, pero las cosas pasan por algo.
-Por algo... -Murmuré-

Nos quedamos un rato hablando y mirando como la gente bailaba. Ya llevábamos más de tres vasos bebidos y las risas cada vez se hacían más fuertes y frecuentes.

-Que tal si nos vamos al club que hay aquí al lado? Me apetece bailar.
-Podríamos hacerlo aquí -Murmuró- Me da mucha pereza moverme. -Recostó su espalda en el sofá-
-Anda... -Me levanté- Vamos, por fi, por fi. -Agarré sus manos y tiré de él- por fi...
-No, B. Podemos bailar aquí... porque salir de aquí? A parte, ese sofá es muy cómodo.
-Eres un vago.
-Será que Carlos me lo engancha. -Levantó los hombros-

Volví a tirar de sus manos, desesperada por irme de allí, quería bailar y quería... no se ni lo que quería, pero no quería seguir allí.

Álvaro tiró de mis manos y caí encima de él. Rodeó mi cadera con sus brazos y me apretó junto a él. Nuestras cabezas estaban muy juntas.

-Ves que este sofá es muy cómodo? -Dijo mientras se revolvía debajo mío-
-Si, si.. muy cómodo pero vamos... por fi. -Escondí mi cara en su cuello. No debí hacerlo. Su colonia olía demasiado bien- Me encanta como huele tu colonia. -Rocé mi nariz en su cuello-
-Mmmm, gracias, supongo. -Carcajeé-
-Idiota -Le pegué en el hombro- Vamos?
-Claro.


*


La música estaba alta, el club estaba lleno y hacía muchísima calor allí dentro. Álvaro me llevaba agarrada de la mano y se hacía paso entre las personas con dificultad. Ambos nos tambaleábamos, y nos costaba avanzar. Llegamos hasta la barra y pidió un par de cubatas. Perdí la cuenta de los que me había bebido.

Ambos con el baso en la mano, nos dirigimos hacia la pista y empezamos a bailar al ritmo de la música. Miré a mi alrededor, la gente bailaba y no era consciente de nada.

El remix de “Someone like you” empezó a sonar. Álvaro me rodeó las caderas con sus brazos y me acercó a él. Con la mano que tenía vacía, rodeé su cuello y enredé mis dedos en su pelo. Empezamos a movernos al ritmo de la música. Cada vez estábamos más y más cerca. No tenía noción de nada. Nuestras frentes estaban juntas y nuestras narices se tocaban.

-Esto está mal -Susurré cerca de sus labios-
-Dos no se besan si uno no quiere. -Susurró en mi oído-
-El problema, es que si quiero hacerlo y no debo.
-Lanzate a la piscina.
-Nos vamos a arrepentir. -Acerqué su cara a la mía-
-Mejor arrepentirse de haberlo echo, que de no haberlo echo.
-Podríamos echarle la culpa al alcohol.
-Podríamos. -Susurró y juntó nuestros labios-














-Lo se. -Di un sorbo de mi vaso- Me prometes que me hablarás?
-Todos los días. -Besó mi mejilla-

Nos quedamos un largo rato mirándonos a los ojos. Álvaro juntó nuestras frentes, y rozó nuestras narices. Rocé sus labios con los míos un par de veces. Álvaro bajó su mano desde mi cadera hasta mi culo y lo apretó suavemente. Eso, hizo que gimiera en sus labios. Se lanzó completamente hacia mis labios. Como pude, me senté a horcajadas sobre él y enredé mis brazos en su cuello. Sus manos se colocaron en mi culo y me apretaban hacia él.

No se como se lo hizo, pero en el momento que me acorraló contra la pared solté un gemido en su boca. Desvió sus labios y empezó a hacer un recorrido de besos desde mi mandíbula hasta mi cuello.

-No sabes, lo que podría llegar a hacerte en estos momentos -Susurró contra mi cuello-
-Podrías hacerlo. -Dije mientras tiraba mi cabeza hacia atrás, dejándole espacio-









@MiriamGarrido_

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