miércoles, 20 de agosto de 2014

Capitulo 19




Doce, catorce, veinte... no recuerdo los besos que nos habíamos dado durante la noche, pero lo que si sabía era que esto no acababa aquí. Después de un par de copas y un par de bailes, decidimos volver a casa. Álvaro me acompañó hasta la puerta de casa, me despedí de él, dándole un último beso en los labios. Cuando me dispuse a ir, me agarró de la muñeca, atrayéndome hacia él y volviéndome a besar.

Creo que perdí los papeles en ese mismo momento, ya que con dificultad saqué las llaves de casa. No se como logré abrir la puerta y cerrarla sin hacer ruido. Dejé las llaves encima de la mesa que se encontraba en el recibidor. Agarré la mano de Álvaro y le guié hasta la planta de arriba. Volvió a besarme, recorrió mi cuerpo con sus manos y las dejó en mi culo, apretándome contra él. Abrió la puerta de mi habitación e inmediatamente me deshice de mi bolso, igual que de mis tacones. Di un pequeño salto y rodeé sus caderas con mis piernas, saqué a duras penas la chaqueta que él llevaba, mientras se entretenía en morder y chupar mi cuello.

-Esto esta mal -Susurré-
-Vive el momento.

Solté un pequeño gruñido cuando mordió mi lóbulo. Una de sus manos se encontraba en mi muslo, mientras que la otra, me agarraba con fuerza. Paseaba libremente su mano, hasta meterla por debajo del corto vestido. Lo subió con delicadeza y volvió a poner sus manos en mi culo. Me apartó de la pared y caminó hasta mi cama. Me solté lentamente y me apoyé en el piso. Separamos nuestros labios, y podría decir, que nuestras miradas se encontraron, pero, estaba oscuro. Desabroché su camisa con ansiedad, la lancé al otro lado de la habitación e inmediatamente fui capturada por sus labios, otra vez. No me cansaba de besarlo, no me cansaba ni me cansaría nunca. Desabrochó el cierre de mi vestido lentamente y lo dejó caer.

-Ese culot me vuelven loco. -Dijo en mi boca-
-Me alegra.

Empujé a Álvaro hacia la cama y me senté encima de él, desabroché el cinturón igual que los botones de su pantalón. Apoyé mis manos en su abdomen y fui subiéndolas hasta su pecho y escondiéndolas en su pelo. Me agaché, devorando su boca de nuevo. Nuestras lenguas peleaban, nuestras manos recorrían nuestros cuerpos con total libertad. Álvaro dio la vuelta, dejándome a mi debajo de él, se sacó los pantalones, mientras yo aproveché en ponerme en el centro de la cama.

Sabía que el alcohol había bajado hacía horas, sabía que a la mañana siguiente me arrepentiría, sabía que esto lo hacía porque yo le deseaba.

Se estiró encima mío, apoyando todo su peso en los codos, que se encontraban a cada lado de mi cabeza. Me moví, chocando mis caderas con las suyas. Él soltó un gemido y me miró. Volví a hacerlo, causando esta vez, un gemido por parte de los dos. Álvaro volvió a besarme, mientras con cuidado, se embestía contra mi. Ni siquiera me di cuenta de que él había conseguido sacarme mi sujetador.

Ambos nos sacamos las prendas que nos quedaban. Mordí su labio inferior, para darle un aviso, de que podía hacerlo.

-Mierda B, no traje condón.
-No te preocupes. -Le miré- Tomo las anticonceptivas... ya sabes, para la regulación de la regla.

Él asintió y poco a poco, fue entrando en mi. Sinceramente, me había asustado al ver su miembro. Era demasiado grande y estaba segura de que, dolería. Siempre había pensado que mi primera vez tendría que ser especial y inolvidable. Estaba segura, que nunca la olvidaría.

Empezó a embestir con cuidado. Mis dedos estaban enredados en su pelo, mientras que nuestras bocas estaban entretenidas besándose.

-Estas tan estrecha. -Murmuró-
-Solo... ve despacio, por favor.

Él asintió y con cuidado, empezó a embestir nuevamente. Tan solo sentía una pequeña molestia. Según Emma, la primera vez, dolía mucho, demasiado. Esto era lo que ella consideraba dolor?

-Embiste... más rápido. -Susurré como pude en su oreja-

Sabía que mis padres y mi hermano estaban en casa, sabía que no debía de hacerlo, pero en esos momentos, no podía controlarme. Le pedía a Álvaro que no dejase de besarme, que por nada del mundo, dejase de besarme.

Un calor se apoderó de mi, sentía todo mi cuerpo arder. Levanté inconscientemente mis caderas y mis uñas se enterraron en la espalda de Álvaro. Ambos, soltamos un gruñido y él se dejó caer con cuidado encima de mi. Seguía dentro de mi y se sentía tan bien.

-Voy a... voy a salir.

Asentí levemente y él se tumbó a mi lado. Le miré de reojo, la habitación ya no estaba tan oscura, el sol empezaba a salir y con ello podía ver los pequeños rasgos de su cara. Era hermoso. Pasé con cuidado, mis dedos sobre su pelo, que contenían una pequeña capa de sudor. Y por un momento, recordé que debía de poner el seguro en la puerta de la habitación, si no quería que nos encontraran. Me iba a levantar, cuando Álvaro me tiró encima de él.

-Tan horrible lo he echo que te quieres escapar? -Levantó una ceja-
-Lo has echo de maravilla, y no me iba a escapar. Solo, que tengo que echar el cierre a la habitación, si no quieres que mi padre o mi madre entren y nos pillen así. Sería realmente vergonzoso.
-Un poco si, a decir verdad.

Soltó mis caderas, cogí su camisa y me la puse, abrochando solo un par de botones. Me dirigí a la puerta y cerré con pestillo. Vi que se había levantado para ponerse sus calzoncillos. Mordí levemente mi labio inferior. Álvaro se percató de que le estaba mirando y sonrió.

-Ven aquí, anda. -Palmeó el lado vacío de la cama-

Corriendo, como una niña pequeña, me lancé a su lado y besé sus labios. Se sentía tan bien.

-Deberíamos dormir un rato. -Dijo mientras agarraba la sabana para taparse-
-Seguro que quieres dormir? -Le miré con una sonrisa pícara-
-Que tienes en mente?
-Que te parece... si tal vez...

Me senté a horcajadas encima de él, y me moví lentamente. Soltó un pequeño gemido y colocó sus manos en mis caderas.

-Vas a ser mi pequeña adicta al sexo.
-Eso no lo vas a saber -Dije mientras mordía su labio inferior-
-Se que si. Voy a llevarte por el mal camino, nena.

Solté un pequeño grito, cuando Álvaro se levantó de la cama, para sentarse en el suelo, quedando yo, a horcajadas nuevamente.

-Mmm, dime que esto no es una fantasía sexual que yo, voy a tener el placer de hacerla realidad.
-Nope, pero si que me encantaría que me hicieras realidad una.
-Donde? -Levanté una ceja-
-En un probador.
-Eres un pervertido -Le pegué en el hombro-
-Lo se, nena. Vas a tener que acostumbrarte a ello.

Asentí como una niña. Sus labios volvieron a los míos, sus manos recorrían mi cuerpo, desabrochando nuevamente su camisa.


*



-Álvaro, puedo hacerte una pregunta? -Dije, una vez habíamos acabado en la cama-
-Dime.
-A que te referías con que me tendré que acostumbrarme a ello?
-Yo... me refería a... -Se quedó callado-
-A caso... quieres repetir? -Le miré a los ojos. La claridad empezó a colarse por las ventanas, hacía ya una hora atrás-
-Se que esto está mal, ambos tenemos pareja y se que las amamos pero... tus labios, tus besos... tu. No sabes, no tienes idea de cuanto te necesito a mi lado.
-Entonces...
-Quiero que sigamos con estos encuentros.

Volvió a besarme.


*


-Vamos, despierta marmota -Dije mientras le daba un par de besos a los labios-
-No sabes cuanto echaré de menos estos despertares. -Hizo un puchero-
-Quedate aquí. No te vayas.
-Ya me gustaría quedarme -Rodeó mi cadera y me apretó junto a él- pero tengo cosas que hacer, a parte que, estaremos aquí dentro de poco.
-Lo sé -Le besé-
-Tienes el maquillaje todo corrido. -Pasó su dedo por debajo de mi ojo- Puedo sacarte el maquillaje?
-Sabrás hacerlo? -Levanté una ceja-
-Claro que si, traeme algo y lo hago.

Me levanté con pereza, volviendo a ponerme su camisa. Fui hasta el baño y cogí el paquete de toallitas demsaquillantes y volví hacia la cama. Álvaro se levantó y vino hasta mi.

-Sabes una cosa? -Negué con la cabeza- mi camisa te queda mejor a ti que a mi.
-Quieres decir? -Solté una risita- Anda, té.

Le entregué el paquete y me senté encima de mi escritorio. Álvaro sacó una toallita y con cuidado la pasó por mi labio inferior, sacándome los restos de pintalabios. No dejé de mirarlo en ningún momento. Él mordía su lengua, haciéndome entender que estaba concentrado en lo que estaba haciendo. Coloqué mis manos en sus caderas y él dio un pequeño salto. Solté una pequeña carcajada y él besó mi nariz. Cerré los ojos, cuando pasó con cuidado la servilleta.

-Me gustas más sin maquillaje, lo sabías?
-No, no lo sabía. -Sonreí como una tonta- Enserio?
-Enserio. Eres hermosa así, a lo natural.

Solo me sonrojé. Álvaro dejo la servilleta encima de la mesa. Lo apreté, para juntarlo más a mi.

-Estás muy calentita, no?
-Eso es lo que tu me provocas -Susurré en sus labios-

Empezó a besar mi cuello y a retirar lentamente la camisa, otra vez.



*



-Voy a la ducha. -Dije mientras bajaba del escritorio-
-Quieres que vaya contigo? -Levantó una ceja-
-Acabamos de hacerlo, y ya quieres volver? A caso no te agotas?
-Cuando se trata de ti, no.
-Eres un pervertido -Besé sus labios-



@MiriamGarrido_

1 comentario:

  1. Hola cielo!!!!!

    Perdón, Perdón!!! Siento no haber comentado antes pero con los estudios, la selectividad deje de leer la novela porque no tenía tiempo. Lo siento de verdad, pero me hice una promesa de que en verano la leería y aquí me ves cumpliendo. Tuve que leerme los capítulos que ya habia leido porque no me acordaba jajaja

    Tengo que decirte que me encanta la novela otra vez te has vuelto a superar, no se como lo hace!!! Pero estoy enamorada de la novela igual que con la otra. Al final acerte, era Álvaro quien había pensado que era el chico pero nunca me imagine que su relación iba a ser a sí, me has sorprendido, y por eso me gusta tanto.

    Tengo que reconocer que estoy un poco triste porque has dejado un poco de lado a Blas y Dani, asi que espero, porque se que tienes algo pensado para ellos ya que nunca se te escapa nada, que salgan pronto y no se que nos cuentes algo de ellos o de su relación con B.

    Espero que subas pronto un nuevo capítulo y que me alegres con uno de ellos. Sabes que siempre voy a estar ahí y siento que hayas pensado que había abandonado tu novela, pero tuve mis razones, pero lo que vale es que estoy aqui!!!! y que seguire siempre.

    Besos, María.

    PD: LO SIENTO

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